Alex

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Angela Gheorghiu, nació en la pequeña ciudad rumana de Adjud, el 7 de Septiembre de 1965. Hija de un maquinista de trenes, desde la mas tierna infancia era obvio que se convertiría en cantante, y que su destino era la música. Asistió a la Escuela de Música de Bucarest y se graduó de la Academia de Música de Bucarest, donde estudió con la notable profesora de música Mia Barbu. La magnífica voz de la Gheorghiu y su deslumbrante presencia en el escenario la han establecido como una superestrella de la ópera internacional. Angela Gheorghiu hizo su debut internacional en 1992 en el Covent Garden con La Bohème. En el mismo año hizo debutó en el Metropolitan Opera de Nueva York y en la Staatsoper de Viena. Fue en la Royal Opera House Covent Garden, donde cantó su muy aclamada La Traviata en 1994. En un ensayo del director Sir Georg Solti, dijo: “Yo estaba llorando. Tuve que salir. La niña es maravillosa. Ella puede hacer todo. Desde entonces, la Gheorghiu ha estado en constante demanda en los teatros de ópera y salas de concierto alrededor del mundo.

Destaca en los repertorios italiano y francés, romántico y verista, especialmente en óperas de Puccini y Verdi, y está considerada la mejor Violeta de los últimos veinte años, así como una de las mejores representantes de las cuerdas líricas de Mimí. y destacadísima soprano lírica. Por su caracter un tanto especial, durante su carrera ha tenido problemas en teatros y casas discográficas (su falta de asistencia a los ensayos provocó que fuera despedida de la producción de La Bohème en la Opera Lírica de Chicago en 2007).

Divorciada de su primer marido, de quien conserva el apellido Gheorghiu, se casó con el tenor italo-francés Roberto Alagna en 1996, de quien se separó en 2009, y con quien apareció a menudo en escena y en grabaciones. Juntos filmaron una versión de la ópera Tosca dirigida por Benoît Jacquot y también un film de la ópera Romeo y Julieta de Charles Gounod.

Gheorghiu ha afirmado no haber tenido nunca un instructor ni para la música ni para la voz. “Todo lo he hecho sola”, ha reconocido con un nada disimulado orgullo de diva operistica, famosa por la seguridad en sí misma de la que hace gala. Lo que siempre ha hecho y recomienda, sin embargo, es escuchar otras voces: “Yo escucho a todo el mundo. Lo importante es escuchar y ver otros espectáculos. Yo veo todos los que puedo”.